Los Cielos de Chile

Descubre la importancia de preservar los cielos nocturnos del país.

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¿Por qué necesitamos cielos oscuros?

Es una condición habilitante para la investigación astronómica

Gran parte de las investigaciones astronómicas se hacen de noche a través de telescopios ópticos. Actualmente en Chile se encuentran instalados siete de los 18 telescopios ópticos más grandes del mundo, con un diámetro mayor a 6 metros. Para poder hacer observaciones, estos telescopios requieren estar en lugares apartados, lejos de la contaminación lumínica, y contar con condiciones climáticas que aseguren cielos sin nubes. Chile es uno de los pocos lugares en el mundo en donde se conjugan estas condiciones.

Contribuye a una buena salud humana

Así como necesitamos la luz del día, los seres humanos también necesitamos de la oscuridad de la noche. Cuando se va el sol, disminuye la cantidad de luz azul –la parte de la luz visible que tiene mayor energía–. Esto hace que nuestros ojos envíen una alerta al cerebro para que libere melatonina, la hormona que induce al sueño y ajusta el ciclo circadiano, nuestro reloj biológico que regula nuestra actividad física y mental en ciclos de 24 horas. Hay evidencia científica que indica que la luz artificial está afectando la salud de las personas con enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión, obesidad y es un factor de incidencia en el desarrollo de cáncer de mama y próstata.

Es imprescindible para la biodiversidad

Los animales e insectos nocturnos se guían por la luna y las estrellas. La luz artificial dificulta su sentido de dirección y sus métodos de reproducción. También tiene un gran impacto en las aves migratorias, que vuelan atraídas por la luz de las ciudades y luego chocan con estructuras, o se cansan y paran en lugares inseguros. La luz artificial también puede afectar la floración de los árboles y producir sobrecrecimiento, haciéndolos más vulnerables a caídas de sus ramas.

Es parte de nuestra cultura

Los cielos nocturnos nos conectan con nuestros orígenes, con los pueblos que nos antecedieron y con el futuro. Observarlos ha sido clave para el desarrollo humano, permitiendo que nuestros antepasados definieran calendarios para las cosechas y orientarse a través de las estrellas. La observación del cielo nocturno ha sido clave en la cosmogonía de muchos pueblos, e incluso civilizaciones. En 2007, la Declaración sobre la Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas reconoció a los cielos oscuros como un derecho implícito en la conservación del patrimonio cultural y natural de las generaciones futuras.

Contribuye a disfrutar la noche de manera más segura

Una iluminación sustentable es un componente fundamental de la infraestructura de las ciudades y es un factor importante para la seguridad vial y de las personas. El resplandor de luces brillantes hace que nuestras pupilas se contraigan produciendo un efecto cegador, lo que puede contribuir a que ocurran accidentes de tránsito. Del mismo modo, el excesivo brillo de la luz incrementa el contraste con las sombras generando puntos ciegos que pueden ser inseguros para los peatones. Contar con espacios públicos bien iluminados, con una luz uniforme y bien dirigida nos permite disfrutar de ellos de manera más segura durante la noche y a la vez conectarnos con la belleza de los cielos oscuros.

Chile:
epicentro de la astronomía

La calidad de los cielos de Chile, especialmente en las zonas desérticas del norte del país, es única a nivel mundial. En el norte de Chile hay un promedio de 290 noches despejadas al año. Los cielos de esta zona son transparentes, prístinos y estables.

Con poco viento y bajas precipitaciones, la ausencia de columnas de vapor hace que la luz del universo llegue con menor distorsión. Además, la presencia de la Cordillera de los Andes, la cual bloquea las masas de aire húmedo, y la corriente Humboldt, que por sus frías aguas aporta a que exista menos humedad en el aire, hace posible contar con condiciones climáticas privilegiadas para la investigación astronómica.

290 noches despejadas

Hay en promedio cada año en el norte de Chile

Actualmente Chile concentra cerca del 40% de la capacidad de observación astronómica mundial, y se espera llegar a sobre el 60% a inicios de 2030.

En los últimos 20 años se ha duplicado el número de centros e instituciones que desarrollan la astronomía en Chile, mientras que el de personas que se dedican a la astronomía, trabajando en el país, se ha triplicado.

Chile ofrece un verdadero laboratorio natural para el desarrollo de esta ciencia.

Esto tiene grandes beneficios para el país:

Desarrollo de la investigación científica y desarrollo productivo basado en ciencia.

Grandes hitos de la astronomía del último siglo han sido posible gracias a observaciones hechas desde Chile.

Fomenta oporunidades de desarrollo económico para las comunidades vecinas, a través de bienes y servicios.

Promueve el desarrollo de la actividades asociadas, como el despegue del astroturismo en las comunidades cercanas que también requiere de cielos oscuros.

Historia de la Astronomía en Chile

1849

James Melville Gillis, instala el primer observatorio en el Cerro Santa Lucía, en Santiago, el cual se convertirá en el Observatorio Astronómico Nacional (OAN).

1963

El European Southern Observatory (ESO) firma un acuerdo con Chile para construir el Observatorio La Silla.

1967

Se inaugura el Observatorio Interamericano Cerro Tololo.

1969

Se establece el Observatorio Las Campanas y el Observatorio La Silla.

1999

Entra en vigencia el DS N°686/1998 del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción que establece la primera norma para le emisión para la regulación de la contaminación lumínica

2000

Creación de la Oficina de Protección de la Calidad de los Cielos del Norte de Chile (OPCC)

2012

Comienza la construcción del Telescopio Magallanes Gigante.

2014

Entra en vigencia el DS N°43/2012 del Ministerio del Medio Ambiente que actualiza el DS N°686/1998

2019

Se crea la Fundación Cielos de Chile.

2024

Entra en vigencia el DS N°1/2022 que fija la norma de emisión de luminosidad artificial generada por alumbrado exterior.

2030

Chile será sede de la XXXIV Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional.

Astroturismo y comunidades

La calidad de los cielos de Chile no sólo favorece el desarrollo de la actividad astronómica, sino que también ofrece oportunidades para un desarrollo basado en ciencia, que además es sustentable en la medida que se preocupa por la protección de los cielos oscuros.

Dentro de estas oportunidades, el turismo astronómico –también conocido como astroturismo– ha sido la actividad que más ha crecido desde fines de los años 90 cuando se inauguró el observatorio turístico Mamalluca.

El potencial astroturístico de Chile ha sido potenciado con varios reconocimientos internacionales. Desde 2015, el país cuenta con el Santuario Internacional de Cielos Oscuros Gabriela Mistral, en el Valle del Elqui, certificado por la DarkSky International. A ello se suman los destinos que han recibido sello Starlight, iniciativa que distingue a lugares cuyas condiciones meteorológicas permiten contar con cielos oscuros de gran nitidez y que cuentan con una sólida propuesta.

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